El pacto permitirá la creación de una segunda línea de producción en los Estados Unidos, que evitará los aranceles aduaneros del 300% impuestos por las autoridades estadounidenses hace pocas semanas al considerar que Bombardier estaba subvencionada por el gobierno canadiense. Por ello, lograba vender sus naves a precios inferiores que la competencia, señalaron.
La medida fue tomada después de una denuncia de Boeing a la administración liderada por Donald Trump.
De este modo, la principal fábrica permanecerá en Canadá “con el apoyo de la producción mundial y escala de Airbus”. Se le unirá una segunda “línea final de montaje” en Alabama para las ventas estadounidenses.
En un comunicado, ambas empresas celebraron que el C series, un avión de pasillo único con capacidad para un centenar de pasajeros “es muy complementario para la cartera de aeronaves de Airbus”. El nuevo avión se considera el proyecto estrella de Bombardier. “Es una victoria para todos”, celebró el consejero delegado del fabricante europeo, Tom Enders.
“El acuerdo está sujeto a la ley de inversiones de Canadá, miraré como el acuerdo beneficia a los canadienses, apoya el sector y crea buenos empleos”, matizó el ministro canadiense de innovación, Navdeep Bains.
Fuente: economiadigital.es
