Vuelo 295 de South African Airways

El vuelo 295 de South African Airways era un vuelo comercial que se incendió en el área de carga y cayó al Océano Índico, al noreste de la isla Mauricio el 28 de noviembre de 1987. Todos sus ocupantes, 19 tripulantes y 140 pasajeros, murieron, algunos por inhalar monóxido de carbono. La localización del fuselaje y de las cajas negras llevó 2 años, debido a que las autoridades de aviación civil sudafricanas no contaban con material para esta tarea.

Las causas del incendio nunca fueron determinadas, lo que puso como hipótesis un atentado terrorista y carga peligrosa no declarada en Taiwán.

South African Airways, como consecuencia del hecho, retiró de su flota el Boeing 747-200 Combi, por el diseño de la bodega de carga, que se cree favoreció el avance del incendio.


La aeronave empleada en el vuelo era un Boeing 747-200 Combi, una variante del 747-200 que combina el uso para transporte de carga con el de pasajeros, denominado Heidelberg.

Media hora después de despegar del Aeropuerto Internacional de Taipéi, la tripulación contactó al control de tráfico aéreo de Hong Kong para volar a ISBAN. Al mismo tiempo hizo un informe rutinario para la aerolínea en Johanesburgo.

Mientras tanto se desarrollaba un incendio en la bodega de carga. Los intentos de un auxiliar de vuelo fueron en vano, a medida que éste crecía, por lo que los demás abren las puertas del avión para despresurizarlo y hacer que el humo salga.

Finalmente el avión cae al Océano Índico, cerca de la isla Mauricio.

La investigación del accidente del vuelo 295 fue asignada a Rennie Van Zyl, por Sudáfrica, que examinó tres relojes hallados en el lugar del accidente, de los tres relojes uno estaba detenido en la hora probable del accidente y los demás aún tenían la hora taiwanesa.

Para la prensa y la opinión pública de la época la causa del accidente fue atribuida a un atentado terrorista contra el gobierno de entonces, debido a que South African Airways era propiedad del estado sudafricano y varias de sus oficinas fueron blanco de actos vandálicos por opositores del Apartheid.

Los exámenes forenses realizados a las víctimas del accidente indicaron rastros de hollín en los pulmones y elevadas concentraciones de monóxido de carbono en la sangre.

Dos años después, en 1989, son halladas las cajas negras del avión y enviadas para su análisis en Washington, en la sede de la NTSB. La grabadora de voz aportó pocas pistas a la investigación, porque grabó poco y el cable se quemó en el incendio.



Fuente: Wickipedia

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