Autorrotación

Debido a que las alas giratorias del helicóptero proporcionan sustentación, en caso de pérdida de motor cabría pensar que el helicóptero cae como una piedra. Sin embargo, existe un fenómeno llamado autorrotación que permite al piloto descender de forma suave, aunque con cierta velocidad horizontal que provocará un arrastre del aparato una vez alcanza la pista.
En una parada de motor, las palas del rotor tienden a frenarse y el fuselaje del helicóptero tiende a girar en la dirección de las palas al reducirse el par motor, por lo que el piloto tendrá que contrarrestar automáticamente este movimiento si quiere mantener el aparto controlado. 

Pero debido a que el helicóptero va perdiendo altura, el viento relativo contribuye a que las palas sigan rotando a unas revoluciones que dependen del modelo y de su carga. Para optimizar el descenso en estas condiciones, el piloto debe reducir en ángulo de ataque hasta los 4 o 5 grados, manteniendo las revoluciones del rotor, con el fin de reducir la resistencia aerodinámica.

El control sobre los mandos de vuelo se mantiene por medio de un sistema hidraúlico autónomo. Todo ello permite realizar un descenso lento y controlado hasta el suelo, siempre y cuando el helicóptero se encuentre a una altura mínima, ya que el empleo de la autorrotación requiere de un tiempo para realizar la transición entre el ángulo de ataque de vuelo y el de autorrotación, tiempo durante el cual el aparato caerá rápidamente.

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