Lanzarote, base de los drones de Aviación

El Ejército del Aire español pretende situarse en la pole position de la aviación moderna y para ello es necesario contar con una unidad de drones de última generación, como los MQ-9 Predator-B, ingenio no tripulado en poder hasta la fecha de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia y, curiosamente, la República Dominicana.

España ha apostado por cuatro -modelo UAV Reaper en versión Block 5- y equipo asociado por 150 millones de dólares. La base principal de los aparatos estará ubicada en Talavera la Real (Badajoz), mientras que la secundaria estará en el aeropuerto militar de Guacimeta, en Lanzarote, donde también se contemplan obras de acondicionamiento en el hangar por importe de 210.000 euros y tres meses de ejecución.

Los dos primeros ejemplares entraron en servicio en julio de este año. Los aparatos incluyen una tripulación en tierra formada por dos personas -un piloto y un operador de equipos- que dirigirán las maniobras desde una estación. Al curso de familiarización acudieron un oficial de la División de Planes del Estado Mayor del Aire, tres del Centro Logístico de Armamento y Experimentación (Claex) y dos ingenieros del Ala 23, situada en Talavera la Real, ubicación de estos UAV. Además, se trasladó personal de asistencia técnica de la empresa Ingeniería de Sistemas para la Defensa (Isdefe). El pasado mes de abril tuvo lugar otra reunión académica similar.

El citado curso de familiarización impartido por personal de la USAF del 372TRS/ Field Training Detachment 28, se centra principalmente en su mantenimiento (avión y estación de control en tierra) con el objetivo de proporcionar un conocimiento general que, posteriormente, permitirá perfilar las necesidades logísticas, de mantenimiento y formación dentro de las actividades del ciclo logístico del sistema para su correcta implantación en el Ejército del Aire.

Los alumnos tienen la posibilidad de observar de primera mano el sistema (segmento aéreo, estación de control y equipo de tierra), y pueden conocer también el modo de operación y el entrenamiento que se desarrolla en la unidad, así como el simulador.

Otras acciones formativas que se están llevando a cabo incluyen el entrenamiento de las futuras tripulaciones, que formarán parte de la unidad que opere el sistema MQ-9 (denominado NR-05 en el Ejército del Aire), que se desarrolla en las instalaciones de la USAF en Holloman AFB (Nuevo México) y Creech AFB (Nevada).

Allí aprenden las claves para sacar partido a unos aparatos que en principio, estarán equipados con sensores radar e infrarrojos, y realizarán misiones de inteli-gencia y reconocimiento. Aunque de inicio no incorporan ningún tipo de arma, estas aerona-ves están diseñadas para que puedan portarlas tras realizarles algunos cambios.

Ya la Armada Española creó su propia Escuadrilla, la Undécima, y que dentro de menos de un mes partirá hacia Irak para combatir al Estado Islámico. Una vez en el país, quedará encuadrada dentro de la misión de adiestramiento del Ejército iraquí. Hasta allí partirán siete integrantes, dos pilotos y cinco técnicos de mantenimiento, además de dos analistas de imágenes que aporta el Mando de Operaciones, uno de la Armada y otro de Infantería de Marina.

La joya de la corona

La Armada cuenta con sus sistemas modelo Scan Eagle. Esta Escuadrilla ya se ha desplegado en la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el océano Índico y ha realizado más de 800 horas de vuelo.

Sin embargo el Predator del Ejército del Aire (Segador, en inglés), es la joya de corona. Puede mantenerse en el aire hasta 28 horas seguidas -14 en caso de portar todo su armamento- y es fácil de maniobrar y difícil de detectar por parte de los terroristas. El Predator - lo cuatro adquiridos costarán 158 millones de euros- tiene una envergadura de 20 metros, su radio de acción es de 1.850 kilómetros y el techo de vuelo es de 15.000 metros. Si bien en el caso español de momento no se contempla que porte armamento, en el caso norteamericano lleva cohetes AIM-92 Stinger, misiles hasta 14 AGM-114 Hellfire e incluso puede combinar dos GBU-12 Paveway II.

Estados Unidos ya ha probado este tipo de aparatos en Afganistán, Irak, Siria o Yemen.

El Sahel

El hecho de haber elegido la isla de Lanzarote como base secundaria tiene su explicación. Evidentemente, el Sahel es la frontera sur de España y esta debe estar vigilada. El aeródromo de Guacimeta cuenta con la infraestructura necesaria para albergar a dos UAV con sus tripulantes y partiendo desde la isla de los volcanes se puede cubrir toda Mauritania, Senegal, Malí y por supuesto Marruecos.

En el norte maliense operan cuatro grupos terroristas: Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Al Murabitun, Ansar Dine y el Frente de Liberación de Macina. Cuentan además, como apoyo, la desintegración de Libia que les ha aportado armamento de la más diversa condición.

Francia, antigua potencia colonial de Malí, logró en enero de 2013, con la operación militar Serval, reconquistar el terreno ganado por los terroristas. Sin embargo, en el norte y en el centro de país son continuos los ataques sobre todo contra las fuerzas armadas y los soldados de la Misión de Naciones Unidas (Minusma) en el terreno.

España tiene actualmente en ese teatro de operaciones un grupo de instructores y otro de seguridad, a los que en 2019 se sumarán miembros de la Brigada Canarias XVI. La Unión Europea mantiene 200 instructores, otros 150 militares que proporcionan seguridad y apoyo, y un cuartel general con otros 200 oficiales y suboficiales.

Fuente: laprovincia.es

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