Los retos de la aviación civil internacional

En los próximos 17 años el transporte aéreo global se duplicará y pasará de 3 mil millones de pasajeros que actualmente vuelan anualmente a 6 mil millones en el 2030. Esto significa que de 100 mil vuelos diarios que hoy se atienden, se pasará a 200,000, lo cual implica un fabuloso reto para la industria aérea global, pues para atender este crecimiento y dar un servicio óptimo y con la total seguridad que se requiere, habrá que crecer no sólo rápido sino con todos los elementos coordinados.

En una charla exclusiva, Roberto Kobeh, presidente del Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), explica que uno de los grandes desafíos es encontrar el equilibrio entre facilitación y seguridad operacional, es decir, que los pasajeros encuentren un ambiente amigable y ágil, las aerolíneas sean eficientes en todos sentidos y que al mismo tiempo, empresas y gobiernos garanticen la seguridad operacional sustentable.

En relación con el crecimiento esperado para los siguientes 3 lustros, lo más importante será que tanto los gobiernos como la industria estén preparados con tecnologías, procedimientos y entrenamiento para sus tripulantes, técnicos, mecánicos y todo el personal involucrado.

Mientras en Montreal esta semana continúan los trabajos de la 38 Asamblea de OACI, la cual concluirá el próximo viernes, se espera que se logren acuerdos en asuntos sensibles como el cuidado del medio ambiente, navegación aérea y seguridad en tierra y en vuelo.

Uno de los temas más complicados es el de Medio Ambiente, donde la industria y algunos agentes económicos y políticos han presionado para que los 191 países de la OACI adopten los MBM (o “Medidas base de Mercado”), un paquete de medidas que apoyen la reducción de emisiones de Dióxido de Carbono (CO2).

Aunque la aviación global sólo es responsable de entre 1.5 y 2 por ciento de los contaminantes de carbono que se lanzan a la atmósfera, el asunto no es menor, ya que mientras en 1990 se calculaban 500 mil toneladas métricas de CO2, para el 2020 se estima 3.5 veces esta cantidad.

Para ello se han creado herramientas que incentiven la reducción, como los ETS (EmissionTrading´s) que son estímulos para invertir en tecnologías limpias y procesos para reducir las emisiones. Pero se espera que, así como las aerolíneas, las armadoras de aviones y otros agentes de la industria hayan hecho esfuerzos por reducir los contaminantes, los gobiernos adopten medidas aún más fuertes para apoyar este esfuerzo.
Kobeh confía en que la resolución que el Consejo promueve en la asamblea sea adoptada por todos los estados miembros pues, aunque en la OACI existen acuerdos marco de operación, hay muchas resoluciones que los países van adoptando en la medida en que sus políticas se adecúan, es decir, no hay medios de coerción para ello.

De ahí la importancia de la conciliación que el presidente y el secretario general, en este caso Raymond Benjamín, del organismo tienen que desplegar en sus funciones al frente del Consejo.

De esta forma es como se ha logrado durante la gestión del mexicano que el continente africano se sume a los esfuerzos por la seguridad operacional y que este problema de la seguridad sea considerado como un asunto global y no sólo de la incumbencia de las naciones que han tenido que sufrir los embates del terrorismo.

Otro logro de los 7 años que duró la gestión de Kobeh fue la conformación del anexo 19, que al recoger muchas de las recomendaciones de otros anexos y adicionarle nuevas, logró integrar todo un conjunto de medidas novedosas, de uso de nuevas tecnologías y aplicación de instrumentos de inteligencia para que el asunto de la seguridad se garantice en todas las regiones del mundo.

Finalmente, está el asunto de la transición hacia los acuerdos multilaterales. En su discurso a la asamblea, el presidente de la OACI subrayó que tal vez ha llegado el momento de que se dé paso al multilateralismo como la forma más eficaz de lograr acuerdos en materia de aviación.

Una declaración que hacía falta vista la velocidad con que se mueve el transporte aéreo y las presiones que su crecimiento traerá en términos de acuerdos entre los diversos países. Un asunto que está aún por definirse es la liberalización de los cielos, un tema que dará mucho de qué hablar.

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